Y a unas semanas de concluir con la primera programación de la temporada, presentamos una entrevista fabulosa, cargada de emociones, humor y romanticismo. Un artista que ha pasado de nuevo por el Circuito en octubre y noviembre, después de haber arrasado el año anterior ganando el primer premio del Concurso del Circuito Café Teatro de Valencia.

Sinopsis: Fran Ortega lleva a los escenarios un show único con monólogo, canción cómica, imitaciones, parodias e improvisación con el público. Bajo el seudónimo Paco Enlaluna, Fran ha publicado cuatro discos y recorrido escenarios de gran parte de Europa.

Ganador del Primer Premio del XV Concurso Circuito Café Teatro de Valencia. Han pasado ya algunos meses, y arrancas temporada de nuevo, como invitado de honor en nuestro Circuito del 2016/2017. ¿Cómo te sientes?

Hace dos años ni pensaba estar en el circuito porque sabía que había muchos artistas esperando. Después soy seleccionado para entrar y además,  ¡me dan el primer premio! Me siento alegre, agradecido y con muchísimas ganas de avanzar y seguir creando.

El año pasado en tu última entrevista, hablabas de que querías “investigar esa fórmula mágica que trata de comunicar sentimientos importantes con una risa en los labios: la tragicomedia”, entre otras muchas aspiraciones y proyectos como guionista, codirector, o artista, que estaban surgiendo en ese momento. Ha pasado un año, y hemos visto tu gran e increíble evolución, sin dejar de lado tu personalidad siempre llana y humilde, modesta. Pero cuéntanos, cómo lo estás viviendo tú, cómo ves tu proyección para este año.

Yo creo que la humildad es algo que te llega de forma natural cuando llevas tantos años en el mundo del arte, con sus altibajos, sus alegrías y sus decepciones. La verdad es que artísticamente es mi mejor año con diferencia. Me ha llegado todo, una peli en cines como co-guionista de diálogos, actor y músico, el primer premio del circuito, nueva película firmada y otras dos en fase de guion, una serie en Castilla la Mancha, un programa nacional en Agencia EFE radio, etc. Lo estoy viviendo, intentando fijarme los pies al suelo para no salir volando, pero no puedo evitar momentos de euforia absoluta. Por otro lado, os voy a confesar (en voz muy bajita), que también tengo muchos momentos de una ansiedad traidora que me dice “aprovecha el momento”.

En cuanto a tus próximos espectáculos, ya estamos ansiosos por saber cómo será el siguiente. ¿Para cuándo saldrá? ¿Nos puedes adelantar algo?

Estoy escribiendo un espectáculo siguiendo la misma línea: la confluencia de risa y emoción. Es un camino donde me queda muchísimo por descubrir. Os adelanto que quiero darle un pequeño toquecito más intelectual y más performático, pero igualmente habrá comedia a raudales y música.

Y en tus otros proyectos relacionados con el cine, ¿algún chisme que nos puedas contar? ¿En qué es lo próximo en lo que vas a trabajar?

Ahora el proyecto en el que más estoy volcado es el largometraje A Marte sin mí. (To die on Mars). Es una producción de España y los países bálticos. Como curiosidad te puedo contar, para que veas en los líos en los que nos metemos los guionistas, que hubo un momento en que había posible inversión chilena en la peli y me tuve que inventar que uno de los protagonistas soñaba con Pablo Neruda en sus momentos de delirio. Luego Chile desapareció como inversor pero Pablo Neruda se había instalado tan cómodo en la película que no he podido echarle hasta el día de hoy. Así es algunas veces el cine y el arte en general: un equilibrio entre inversión y creatividad, una búsqueda constante de libertad a pesar del dinero.

Mi madre me llevaba con su 124 marrón cada día al conservatorio, lloviera, nevara, estuviera enferma o con mucho trabajo. Hace años que ya se fue “al otro lado” pero siempre le estaré eternamente agradecido por eso; a ella y a mi padre.

Si pudieras resucitar a algún famoso, ¿Quién sería?

Resucitaría a Woody Allen. Al de hace años, quiero decir. El que ahora está vivo es un gran creador y se le parece pero no es el mismo (decidme nostálgico).

¿Cuál sería tu peor pesadilla?

Que de repente mirara las palabras y no las reconociera. Estoy completamente seducido por todo lo que se puede hacer jugando con las palabras: humor, comedia, crítica, deseo…

Cuéntanos alguna anécdota que recuerdes de pequeño.

Un día camino al instituto me atracaron y me quitaron mi súper reloj-calculadora y el poco dinero que llevaba. Cuando intentaron quitarme mi chaqueta me resistí y me dieron golpes por todos lados. Llegué a mi casa lleno de moratones pero… ¡con mi chaqueta heavy! En realidad fui tonto, pero en el fondo estaba haciendo algo que metafóricamente es y será una lección de por vida: guardar alguna cosa que te haga conservar la identidad a pesar de los golpes.