Eduardo del Olmo llega desde Madrid por primera al Circuito Café Teatro Valencia. Tal y como se describe él mismo y su espectáculo: Es un ruiseñor disfrazado de mirlo blanco. Su desternillante show es demasiado punk para ser exquisito, demasiado exquisito para ser canalla, demasiado canalla para tanto cachivache… Demasiado cachivache para ser sólo un monólogo. Demasiado monólogo para incluir dos cortometrajes. Demasiadas variedades para no resultar frívolo. Demasiado frívolo para ser punk. Es demasiado.

Cuéntanos un poco sobre de tu carrera artística. ¿Siempre ha estado vinculada al humor?¿te consideras más director, actor, cómico…? He trabajado en ámbitos artísticos muy diferentes  y espero seguir haciéndolo. Me encanta quitarme un sombrero y ponerme otro. Otorga mucha perspectiva.  Y  me encanta la comedia. Es un recurso que siempre he sentido muy propio. Más que sentirme más cómico o actor o director o profesor, me siento emprendedor, generador de proyectos. Y cada uno tiene sus requerimientos y una maquinaria diferente que hay que poner a funcionar.

¿Por qué has decidido participar en el Circuito Café Teatro? Me encanta Valencia. Tengo amigos y familia y me parece un pequeño paraíso tropical a la vuelta de la esquina. La organización del Circuito es exquisita y los artistas que colaboran son muy versátiles y todoterrreno. Quería sentirme #yosoyartistaCircuito.

¿Qué nos puedes contar de tu espectáculo “No os quedéis con las ganas”? Es un show de variedades con base de stand up comedy. Es un monólogo controvertido, picarón y extravagante. Hay música, el público tiene mucho que decir y hablo del amor, religión, enfermedades, chinos y otros tsunamis. La madrina del show es Ivana Trump, que decía… “En materia de divorcios, no os quedéis con las ganas... Quedaos con todo”. Ella sí que sabía lo que se hacía. Estuve un año con el show en residencia en la madrileña “La escalera de Jacob” y ahora en gira, como buen trouppero.

¿Te gusta más hacer televisión o teatro? Me encanta la adrenalina de la tele y lo artesanal del teatro. En comedia siempre hay que abrazar el misterio: Nunca sabes lo que puede ocurrir. Yo llevo mi “set”, pero la conversación que se establece con cada público es fascinantemente diversa.

¿Encuentras diferencias entre el público de Valencia y el de Madrid y otras ciudades de España? Encuentro más diferencias entre las ciudades y los pueblos. Sus ideosincrasias son muy diferentes. En cualquier caso siempre estoy abierto a la sorpresa. Hay veces que se parecen más públicos que les distancian miles de kilómetros que el público del día siguiente de la misma sala. Los valencianos son gente naturalmente dispuesta a pasarlo bien.

Tal como están las cosas, ¿es más fácil o difícil hacer reír? Creo que eso depende de lo fina que tenga cada uno la piel. Entiendo mi show como una fiesta. Hay gente más tímida y otros más lanzados. Pero al final siempre acaban “bailando” conmigo. En sentido figurado…. y literal.

¿Tienes proyectos nuevos? ¿puedes adelantarnos algo? Estoy haciendo un music hall maravilloso en Madrid: FUN, de la compañía Benamate. Hay números de “Bailando bajo la lluvia”, “Chicago”, mucho humor, alegría y glamour. Estoy feliz con Jesús, Gisela y Aarón. Además, estoy escribiendo un par de cortos nuevos que espero grabar con mi productora Máquina Turbia en breve.

Para ti el humor es… una estrella ninja de papiroflexia que te hace invencible, una cama elástica que hace ligero lo pesado, una pequeña granada que detonas en un secarral y lo convierte en un vergel.